Todos, en algún momento de nuestras vidas hemos tenido o tendremos que pasar por esa temida situación de hablar o exponer frente a un grupo de personas por primera vez, a continuación les brindare algunos tips o consejos que a mi me han servido para dar este paso tan importante:
- Conozca bien el material (sea un experto)
- Practique su exposición (prueba piloto y, quizá, que le tomen un vídeo)
- Utilice técnicas para lograr la participación.
- Aprenda los nombres de los alumnos y utilícelos.
- Establezca, desde el principio, la credibilidad.
- Mire siempre hacia al auditorio para establecer una afinidad.
- Tome un curso de oratoria.
- Muestre que está preparando (con distribución de materiales impresos, etc.)
- Prevea los posibles problemas (y prepare las respuestas adecuadas)
- Pruebe con atención las instalaciones y el equipo audiovisual.
- Obtenga información con anterioridad acerca del grupo (mediante la observación o un cuestionario)
- Tranquilícese (respire hondo, medite, hable solo)
- Prepare un esbozo del programa y sígalo.
- Cuide su aspecto personal (use ropa adecuada y cómoda)
- Descanse para estar preparado física y psicológicamente.
- Utilice su propio estilo (no imite a otras personas)
- Utilice sus propias palabras (no lea)
- Póngase en el lugar de los alumnos (ellos, en su interior, se preguntan: “¿Y qué gano con todo esto?”)
- Dé por hecho que están del lado de usted (no necesariamente van a ser hostiles ni sus antagonistas)
- Exponga el panorama general de la sesión (exprese los objetivos deseados)
- Acepte que algunos temores son buenos (haga que la tensión nerviosa desaparezca)
- Antes de empezar las sesiones, preséntese y conozca todo el grupo en un contexto sociable.
- Identifique sus temores, clasifíquelos en controlables e incontrolables y afróntelos.
- Conceda una importancia muy especial a los primeros cinco minutos (prepárese a fondo)
- Imagínese que es usted un gran orador (haga que se cumpla esa profecía)
- Practique sus respuestas ante preguntas o situaciones difíciles.
- Cree un ambiente exento de formalismos (por ejemplo, siéntese en la orilla de una de las mesas)